22 de mayo de 2009

Mi barco y un remo sin suspiros ajenos

Dicen que el que no se arriesga no cruza el rio. Que hay que subirse a un pequeño barquito y remar, remar y remar, sin detenerse hasta llegar. Que no vale la pena ganar si no hay que luchar por ello. Y que todo sacrificio tiene su recompenza.

Cuando eras pequeño, siempre habia alguien dando un pequeño suspiro para ayudar a tu barquito a avanzar un poquito mas sin mucho esfuerzo de tu parte, podia ser tu papa, tu mama, un hermano, tios o amigos. Entre suspiro y suspiro llegabas al final y te creias lo maximo, pero en realidad tu no hacias mas que subirte al barco y disfrutar.

Pero llega un punto en que te subes al barquito y te das cuenta que ya acabo, que es tu turno de esforzarte y llegar remando solito. Y todas esas personas que suspiraban antes, ahora estan paradas en el muelle dandote animo para seguir.

Asi que no queda mas que cerrar los ojos, sonreir, y remar.

12 de mayo de 2009

Que gracia tiene jugar un juego que ya sabes de antemano que no puedes perder?