23 de febrero de 2013

Aun, dos años despues.

Hoy se cumplen 2 años, 2 años y es como si el tiempo no hubiese pasado. Cierro los ojos y aun puedo escuchar a mi mamá diciendo que va camino a tu casa a buscarte para almorzar, aun puedo escuchar el timbre y verte del brazo de mi prima de vuelta de misa, aun puedo escuchar tu especial forma de tergiversar todas las historias y las quejas de mi tia y mi mama al enterarse, aun puedo ver tu cara de cinismo cuando te descubren, pero no eso no es importante, porque aun puedo ver tus ojos iluminarse cuando con mi hermano y mis primos hacemos alguna estupidez y conseguimos que nos reten mientras tu risa llena el comedor. Aun puedo sentir el olor de tus tallarines con laurel cuando nos invitabas a almorzar y el olor a tomate con queso cuando íbamos a tu casa a armar el árbol en navidad mientras nos preparabas la once. Aun puedo sentir el sabor de los chicles 2 en 1 que siempre tenias en alguna parte de la casa. Aun puedo escucharte pelear y alegar sola por algo que nadie entiende. Aun puedo sentir el olor de tu colonia cuando llegabas a la casa. Aun recuerdo tu pañuelito blanco bajo la manga y como te las arreglabas para esconderte de mama y mi tia para pasarnos un billete perfectamente doblado para que nos compráramos dulces. Aun puedo. Pero abro los ojos y ya no puedo más. No está tu olor, ni tu sonrisa, ni tus fideos, no estas tú. Ahora solo tengo tu recuerdos y poco a poco se van llendo también.

Con los ojos abiertos aun puedo escuchar el sonido del teléfono, la voz de mi papá recibiendo noticias del hospital, casi puedo escuchar lo que le están diciendo. Aun puedo escuchar el volumen de la tele lentamente desvaneciendose y a mi papá dándole las noticias a mi hermano. Aun puedo escuchar los sollozos de mi hermano en el primer piso. Aun puedo sentir las lagrimas corriendo por mis mejillas en mi pieza mientras escucho todo a lo lejos. Aun puedo escuchar cuando llamaron a mi mamá para avisarle. Aun puedo sentir los pasos de mi hermano en la escalera y dirigiéndose a mi pieza, aun puedo verlo parado en m puerta tratando de detener sus lagrimas para hablar, aun puedo escuchar sus 3 palabras entrecortadas y aun puedo sentir mi corazón retorcerse en ese momento. Aun recuerdo el olor del hospital cuando llegamos esa noche y la canción que sonaba en la radio mientas esperábamos  en el auto. Aun puedo sentir las voces de la gente en el velatorio, aun puedo sentir el olor de las flores cuando me ofrecí quedarme sola ahí para que mi mamá fuera a almorzar. Aun siento el miedo que me inundó al decidir ir a ver como lucías ahí acostada, aun siento mis rodillas temblar cuando intenté pararme a hacerlo, aun siento mis ganas de verte, aun siento la lagrima en mi mejilla cuando te vi, aun siento la mano de mi tio en mi hombro, parado ahí, en silencio. Aun puedo ver a mis amigos llegando a la iglesia, sin decir nada. Aun puedo reproducir en mi mente el viaje al cementerio. Aun recuerdo el momento en que todos se fueron después de dejarte ahí y solo quedamos mi hermano y yo, parados uno al lado del otro a un metro de distancia, mirando donde estabas, en silencio. Aun puedo ver de reojo a sus amigos y mis amigos juntos aun parados a un par de metros de nosotros, mirándonos en silencio, sin saber que hacer. Aun nos recuerdo, a mi hermano y a mi, estallando en llanto de repente y abrazándolos con desesperación, llorando en el hombro del otro todo lo que no habíamos llorado los días anteriores porque sabíamos que teníamos que ser fuertes por los demás, aun siento mis dedos agarrando con fuerza su camisa, sus dedos agarrando con fuerza mi polera, aferrandonos a nosotros, como si nuestras lagrimas de repente nos fueran a ahogar. Aun puedo sentir el abrazo desesperado de mi tío que había estado parado mirándonos por lo que podían parecer horas, aun puedo sentir sus brazos en mi cuello, con fuerza, rezando en nuestro oído, pidiendo con desesperación fuerza para sus sobrinos. Aun recuerdo la sensación de paz que sentí después de eso. Aun puedo sentir el dolor en mis pies mientras corría. Aun recuerdo a mis amigos llegando a sentarse  a mi lado en la banca en la que estaba. Aun recuerdo los silenciosos almuerzos después de ese día. Aun recuerdo los por qué de tu partida. Aun no entiendo ninguno. Aun no sedo ante la idea de que no te fuiste, te alejaron de nosotros. Y aun siento repugnancia y un nudo en la garganta cuando escucho el nombre de quienes.

Ahora no hay nada que pueda hacer. Tu no estás y te extraño tanto como el primer dia. Y aun me arrepiento de no haberte dicho cuanto te quiero cuando aun podia.

21 de febrero de 2013

Conjuraciones

"Parece un reto imposible intentar sentirte bien cuando todo conjura en tu contra. Como si el mero hecho de que las adversidades se adhieran a tu salud fuera razón suficiente para delimitarse y suspenderlo todo. Sin derecho a sonreír hasta nuevo aviso.

Suerte que ya no me dejo convencer cuando intentan que me sienta culpable."
Ishthar.

20 de febrero de 2013

"Ella levantó la vista de su plato y se encontró con el mirándola fijamente, podía sentir como él buscaba su alma, sus ojos cálidos cuidadosamente analizando cada parte de su ser con la esperanza de encontrar algo, cualquier cosa.

Difícilmente él podía encontrar complicado el lenguaje corporal de la mujer sentada en frente, de hecho, es algo que manejaba y había perfeccionado con los años, a menudo usándolo como herramienta para entender mejor las complejas emociones que ella poseía. Pero esta noche  en vez de leerla como un libro, como usualmente hacía, él básicamente corrió a estrellarse contra una pared de ladrillos y encontró que no podía extraer ningún análisis de lo que pensaba ella estaría sintiendo, y claramente ella no estaba aportando nada que pudiera ayudar. Y nunca más lo haría. Esa noche el comprendió que la ventana de sus ojos se había cerrado y súbitamente había... nada."

2 de febrero de 2013

Sacrificios

La clave para ser exitosos son las cosas a las que renunciamos. El domir, los amigos, una vida normal. Sacrificamos todo por un momento increible, o por convertirnos en alguien increible.

Hay días que hacen que los sacrificios valgan la pena. Hay dias en los que todo se siente como un sacrificio. Hay sacrificios que ni siquiera eres capaz de entender por qué los estás haciendo.

Un hombre sabio una vez dijo que puedes tener todo en la vida si sacrificas todo por ello.. lo que quería decir es que nada viene sin un precio. Asi que antes de ir a una batalla, mejor decide cuanto es lo que estás dispuesto a perder.

A menudo, ir tras algo que se siente bien significa dejar ir lo que sabes que es correcto. Y dejar a alguien entrar significa abandonar las paredes que has pasado la vida construyendo.

Por supuesto, los sacrificios mas dificiles son los que no ves venir.. cuando no tenemos tiempo para llegar a una estrategia o elegir un bando o medir la potencial perdida. Cuando eso sucede, cuando la batalla nos elige y no al reves, ahí es cuando el sacrificio se puede convertir en mas de lo que podemos soportar.

MG.GA